En la publicación pasada mencionaba el intercambio cultural que
se da entre turistas y habitantes de un destino, esto provoca que se vea
afectada la sostenibilidad de un destino turístico y forma parte de la
Globalización Turística.
Según la ONU el crecimiento constante del turismo puede
provocar problemas sociales y ambientales, y en la actualidad un buen ejemplo
de esto es Venecia, en donde se están perdiendo negocios tradicionales como el
de las máscaras del carnaval hechas en la ciudad por las que se venden en
tiendas de sourvenirs que son de otra calidad y hechas en otros lugares, además
sus habitantes están saliendo de allí por la molestia que causa la llegada de
miles de turistas ocasionando aglomeraciones de personas, dañando su paisajismo
con la llegada de cruceros e impactando la capacidad de carga que la ciudad
puede recibir.
Con el ejemplo anterior está claro que se está dando un
declive a nivel social y ambiental por el turismo, pero por otro lado para este
tipo de destinos hay un beneficio económico con la llegada de viajeros y el
consumo de productos y servicios en la ciudad.
A nivel mundial el
turismo se ha ido desarrollando y de acuerdo a los gustos de los turistas se
han ido introduciendo nuevas ofertas con la creación de los tipos de turismo actualmente
existentes tales como; turismo rural, turismo cultural, sol y playa, turismo de
aventura entre otros. Con estas ofertas los gestores de los destinos se ven
obligados a adaptar cada lugar para la visita de los turistas, sin embargo no
se percatan de realizar un análisis de la capacidad de carga que tiene cada
lugar y de la aceptación de los habitantes para evitar la decadencia del
destino y sus componentes.
El turismo está reconocido como una actividad de ocio y una
industria en constante crecimiento que deja altos ingresos económicos sobre
todo en las ciudades con mayor número de visitantes como Nueva York
(Norteamérica), Hong Kong (Asia), París (Europa), lo que lleva a los gestores a
perseguir las necesidades de los turistas y que ellos perciban el valor agregado
en cada atractivo, alojamiento e incluso en la calidez de la gente que brinda
los servicios.
Por lo tanto concluyo que la industria del turismo debe ser
gestionada de mejor manera, iniciando por las autoridades a cargo de esta
actividad en un destino, seguido por los empresarios de medianas y grandes
empresas como hoteles, restaurantes, agencias de viajes entre otros y en
conjunto con los habitantes, de esta manera se podría mantener un equilibrio con
los pilares de sostenibilidad que han sido mencionados (social, económico y
ambiental), dando como resultado un destino bien mantenido.